jueves, 4 de agosto de 2011

Musicalidad y técnica de rebotes

La persona que conduce ha de procurar siempre que los pasos de la persona que sigue tengan sentido musical. Esto significa que ha de conseguir que la persona que sigue pise a ritmo. Este detalle que relaciona música y movimiento delata al tango como una danza.

Detallando un poco más lo dicho en el párrafo anterior, casi en cualquier composición musical, salvo en excepciones muy contadas como la música gregoriana, existe una métrica y se puede reconocer espontáneamente una cadencia marcada por las notas acentuadas que comienzan cada compás, llamadas tierra. Los pasos de la persona seguidora pueden hacerse coincidir con estas pulsaciones fundamentales, que siguen un patrón regular dentro de cada frase musical, o bien tales pasos pueden hacerse coincidir con las pulsaciones sincopadas contenidas en la melodía.

En resumen, la persona que conduce utiliza los pasos de la persona que sigue como si de un instrumento musical se tratara, logrando que sus pasos enfaticen los sonidos que más le inspiren y que mejor reproduzcan la musicalidad de la canción. Cuestión de escuchar la música, vibrar con ella, dejarse llevar por ella y recrearla utilizando los pasos de la persona que sigue.

Así, es posible bailar tango con cualquier música que os guste: pop, jazz, hip-hop, salsa, danza del vientre, ópera... Unos ejemplos explorando estas posibilidades los podéis encontrar en la entrada Tango y ritmo.

Atender esta consigna, que los pasos de la persona que sigue tengan sentido musical, ayuda enormemente a la comunicación entre conductor y seguidor y forma parte de la articulación de todas las figuras.

La presente entrada reúne un par de vídeos que se centran en la técnica de lo que podría traducirse como rebote, un movimiento de vaivén como el de una mecedora por lo que en ellos se refiere como "rock step" ya que en inglés "to rock" significa básicamente mecer, acunar y balancear además de conmover.

Rebotar consiste simplemente en realizar un paso (cualquiera de los tres: lateral, adelante o atrás) y antes de llegar a completarlo, antes de transferir el peso, antes de llegar con la cadera, retroceder al punto de origen.

En particular, en lo que concierne a los rebotes, el primer falso paso y el regreso a la posición inicial, juntando los pies, se hacen en consonancia con la música. Si se concatenan rebotes seguidos para finalmente acabar juntando pies también se sigue la cadencia musical. La rectificación del movimiento entre una orientación y la contraria se produce, por consiguiente, entre ambas notas musicales.

Dinámicamente, el conductor proyecta un pie y pisa, dirigiéndose hacia el nuevo punto pero amortiguando oportunamente el movimiento y quedándose la cadera a medio camino y concentrándose anticipadamente en indicar la vuelta. La anticipación ayuda a suavizar el vaivén.

Desarrollando el párrafo anterior con otras palabras, de la primera entrada de esta serie, Introducción técnica al tango , retomo el concepto esencial de la posición en eje, posición desde el que se da comienzo y acaban los pasos. Se trata simplemente del momento en que se está con todo el peso concentrado en un punto del piso, el del contacto del pie de apoyo con el suelo, esto es, del momento en el que ambos pies se reúnen. Naturalmente desde ese único punto de contacto, sólo un pie toca el suelo, se eleva verticalmente el cuerpo momentáneamente compactado, manteniendo las rodillas ligeramente flexionadas. Tal verticalidad me ha sugerido llamar esta posición clave posición en eje.

Cuando se desplaza un pie, un paso completado conlleva la transferencia de todo el peso al nuevo punto de contacto por parte de ambos simultáneamente, al unísono, dejando el otro pie libre, alcanzando una nueva posición en un nuevo eje y vuelta a empezar.

Sin embargo, a medio camino se puede rectificar y regresar al punto de origen, originando un rebote.

El rebote, como todo, se comunica y se percibe desde el torso. No se han de utilizar las manos para rectificar la inercia de la pareja y remolcarla por lo que el conductor ha de amortiguar oportunamente su intención inicial y procurar una transición suave hacia la nueva orientación.

En el siguiente vídeo se explican las consignas para la ejecución eficiente de esta figura y se ejemplifican con un baile.



Además de recalcar que no deben utilizarse las manos, se señala la importancia de la técnica del paso hacia atrás. En particular, la pierna que se proyecta hacia atrás no se flexiona, al revés se estira y el pie que retrocede solamente llega a tocar el suelo con los dedos no con el talón pues no se ha llegado a transferir el peso en él. Ambos tienen la cadera a medio camino. No se llega a completar el paso por lo que los pies en ese instante intermedio se quedan donde están. La evolución del movimiento es simultánea. Quién propone el movimiento de vaivén lo marca con el torso y la persona que sigue lo puede secundar mientras escuche y acompañe sus movimientos, evitando desconectarse del torso del conductor, lo que llevaría a romper el abrazo o, cuanto menos, a crear tensión en él.

Homer señala que los talones no han de tocar el suelo, en ambos roles, y habla de conexión con el suelo, manteniendo flexibles las rodillas. Al estar sobre pies separados, ambos mantienen naturalmente las caderas un tanto más bajas. Comenta como afirmar la zona pélvica para que el rebote sea tenso, erguido y no demasiado blando o excesivamente oscilante. No se debe rebotar verticalmente. El rebote ha de ser tenso, controlado y rápido. La espalda ha de mantenerse recta, lo cual es una consigna general en este baile a fin de mantener el equilibrio personal y conjunto. Recomienda para el conductor, una distancia entre sus propios pies de un pie o un pie y medio.

También le da nombres a diferentes rebotes según la posición de los pies: rebotes paralelos o cruzados, etc., que ya abordaré en otra entrada.

Cristina, por su parte, comenta que el reto de los seguidores es el total control del cuerpo y su contacto con el suelo para tener la oportunidad de escuchar la sutileza del movimiento propuesto por el conductor y de esta manera poder reproducirlo, hacer eco, fundirse en un solo movimiento.

Añado un vídeo más en el que Homer y Cristina juegan con los rebotes y el ritmo.

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