Tango y cine (IX)

El ideal del tango es la fusión. Todo es el abrazo. Es lo que comunica todo movimiento en esta danza. Así, los pies juegan y recorren juntos un camino improvisado, siempre nuevo, al compás de cualquier música. Esta danza abarca todos los ritmos y emociones incluyendo el silencio, la pausa. Fijaos en la pareja de la fotografía. Bailan tango.



Si necesitáis ver para creer, os invito a ojear la siguiente secuencia (a partir del minuto 3) de la película "Never say never again", "Nunca digas nunca jamás", de 1983.



Es el extracto de mayor calidad de video que he localizado. Para quienes precisen traducción, os cuento: Bond, James Bond, gana a Largo, el villano, en un juego por el que éste le acaba debiendo 267000 dólares. Sin embargo, Bond, James Bond, le propone cambiarlo por un solo baile con su novia (Kim Basinger, pronunciado /Beisinger/. Largo acepta ("Do you lose as gracefully as you win?", ¿Pierde tan agraciadamente como gana?). Bond, James Bond, dice que no podría decírselo porque nunca ha perdido. Largo decide que sea tango lo que bailen. Bond, James Bond, como todo aquel que se precie de formación polivante sobradamente preparado para todas las circunstancias, se desenvuelve perfectamente por lo que consigue mantener una conversación con la chica a la que le anuncia en qué trabajaba su hermano, que su hermano ha muerto y que su ejecutor ha sido precisamente Largo, a quién hasta entonces amaba. En la siguiente secuencia, ella le pregunta por él y su respuesta lo confirma.

Ya véis, hay que saber tango como requisito imprescindible para poder salvar al mundo.